CASA DE LA LIBERTAD
Del 24 de Agosto 3 de septiembre
EXPOSICION MEMORIA, VERDAD CONTRA LA IMPUNIDAD
Artistas: Gloria Kawaguchi, Edgar Arandia, Hans Hoffmann, Braulio Condori, Reinaldo Chávez y Sigrid Alvarez.
Inauguración y conferencia de Ana Melendez, curadora UAM Azcapotzalco (México), jueves 24 de agosto los salones de Casa de la Libertad
Sala 1
Territorio y Naturaleza-Momentos de Emergencia-Líderez de la libertad.
Los seres humanos prehistóricos migraron por ignotas tierras, sin más obstáculos que montañas, precipicios, lagos, ríos, mares, desiertos, nieve, selvas, llanuras, puna… hasta que pararon en espacios aptos a la agricultura y vida sedentaria, transitando al paso del tiempo, de lo simple a lo complejo, por aldeas, ciudades, imperios, estados y culturas modernas, y con los más sui generis estilos de poder y gobierno, desde los democráticos hasta los duros y autoritarios.
En ese tenor y en el espíritu de la Casa de la Libertad, presentamos esta muestra de arte boliviano, en el marco del 19º Festival Internacional de Cine de los Derechos Humanos, dedicado a la República de Chile, en el cincuentenario del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, bajo el lema “Memoria, verdad contra la impunidad”.
Como todo cabe en la memoria, si ella conserva el preciado valor del libre pensamiento, entonces toda idea estética que exprese y demande respeto a las personas de cualquier edad, sexo, físico u origen; a la naturaleza, y a los derechos humanos, en su conjunto y especificidad, es idónea a este espacio.
Y si abrimos con la sección Territorio y Naturaleza es porque ambas son cruciales para la vida, y su posesión ha sido motivo de no pocos disgustos y guerras. Pero como la racionalidad impone la paz, iniciamos con polípticos armónicos de Gloria Kawaguchi, porque tienden Puentes de verano que apelan a la confraternidad entre Bolivia y Chile.
Sus trípticos marinos son sugestivos y rememoran épocas marinas pasadas con barcos y tipos de velas: triquetas, foques y cangrejas. También hay rústicos muelles flanqueados por escenas de añorantes naves surcando la mar a toda vela, cual lo hiciera, el HM Endeavour, del capitán inglés James Cook explorando el Océano Pacífico, en el Siglo de las Luces. Se recuerdan escenas con elegantes viajeros decimonónicos, en difusos embarcaderos, a punto de abordar; o veleros modernos y carabelas antiguas; también, oleajes verdes y naves piratas. O vistas andinas, donde campea la nieve, entre cabañas y molinos de antaño.
Con técnica de exquisita delicadeza, Kawaguchi cierra el área con hojas naturales tratadas que asumen el estatuto de arte-objeto, por haber sido transformadas en micro paisajes de cascadas, mar y nieve andina. Ahí, pareciera que la hoja disecada fuera de papel, pero no lo es, porque su materia no se molió ni se transformó en pulpa de celulosa.
Virtud adicional de tales hojas es que, en tanto arte-objeto, pueden dialogar con otras producciones de similar estatus, aun cuando haya diferencias en dimensión y materiales; por ejemplo, la de un biombo que en, su origen, fue mueble artesanal, y, ya intervenido, se ha transformado en arte-objeto, con propósitos de reflexión sobre la realidad de épocas de dictaduras, que ensombrecieron la vida latinoamericana y, en particular, la boliviana. Por ello, esta obra en sí, constituye un espacio trascendente, titulado Arte-objeto político.
Aquí, en dos hojas y cuatro paneles Edgar Arandia da testimonio de la violencia ejercida en su propia persona en convulsos tiempos militares, donde los jóvenes artistas, junto a intelectuales, mineros, campesinos y ciudadanos urbanos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y de los elementales derechos a la circulación, trabajo y vida cotidiana, fueron brutalmente reprimidos hasta la tortura, desapariciones y asesinato. Prendas, mensajes e imágenes de una Reunión de emergencia, son memoria tangible para no olvidarse.
Corolario de esta sala, es el área Líderes de la libertad, donde Hans Hoffmann, vía el retrato de novedosas técnicas y materiales, rinde homenaje a Salvador Allende, en calidad de símbolo supremo de los pueblos ultrajados por las dictaduras. Lo acompañan figuras de intelectuales, poetas, escritores, artistas y músicos chilenos, latinoamericanos y del mundo, al igual que dirigentes populares bolivianos, cuyo pensamiento y acción, han traspuesto fronteras en la defensa de los derechos humanos, las etnias y la cultura. Allende, Neruda, Gabriela Mistral, García Márquez, Espinal, Picasso, Saramago, Frida, Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, Borges, Víctor Jara, Domitila Chungara y pueblos masacrados, son motivo y testimonio de su creativa experimentación.
Sala 2
Corpoeridad insólita-Orfandad-Mujeres de cristal en silencio
Al ojo posmoderno, excedido en el espectáculo corporal carente de frenos y pudores morales, le provoca tedio, aburrimiento y fastidio, la pesada imagen femenina, terrenal o celeste, medieval, barroca o romántica, oculta por groseros sayales, rígidos brocados y pesadas túnicas, del cielo al infierno. Y si los irreverentes Caravaggio, Brueghel, Bosco, Goya, Von Stück, Moreau o Beardsley, pintaron entre los Siglos XVI y XIX, senos de vírgenes lactantes o cuerpos de musas, cortesanas, aldeanas o taberneras, indolentes y atrevidas, no dejaron de causar escozor, repudio e, incluso, castigo.
Dado que en el Siglo XXI las luchas de género han ganado como un derecho humano irrestricto el hacer visible y tangible, a los cuatro vientos globales, lo antaño púdico y oculto de los cuerpos femenino, masculino y trans género, en la dimensión cibernética se ha aniquilado toda recatada tranca y pasmo, aunque muy escasas imágenes circulantes del cuerpo desnudo posean sentido, ubicuidad, pertinencia y mérito estético.
En tal dinámica, los espacios destinados al arte dejaron de ser sitios exclusivos de observación de los desnudos, sin ataduras ni conservadurismos y, sin embargo, siguen ofreciendo la oportunidad para realizar una apreciación más reflexiva del cuerpo humano, como vemos en la sección Corporeidad insólita.
Aquí, Braulio Condori nos pone un cuatro con seis escenas de refinado erotismo, transformando cuerpos femeninos y masculinos en seres voluptuosos, oníricos y fantásticos: triples senos; una sexteta de pechos fundidos y evanescentes, evocando a la Alegoría de la Primavera de Botticelli, vía el juego de figura-fondo de Gestalt; un par de senos desubicados de su torso y envueltos en el símbolo del amor que parecen proyectarse al infinito, en paralelo a la luna en fase menguante. En contraste, una mujer en proceso de metamorfosis, de lámina a sirena, rompe el habitual desparpajo mitológico, al cubrirse pudorosamente el busto con el brazo izquierdo.
Con retadora ambigüedad, una dupla en Contorsión plantea la duda, sobre si son “ellos”, o “él y ella”, en tal fusión desdoblada por su núcleo, cual maleable metal que curvea formas y extiende manos y músculos. La inquietud queda en pausa, en virtud de dos parejas danzantes de tango, con cuyos cuerpos fundidos e incompletos pretende desconcertar al espectador. Esas ideas oníricas serían materia de análisis para el mismo Sigmund Freud.
En el área Orfandad pasamos a los estados sociales forzados del ser humano que, por cotidianos, suelen normalizarse, como lo es dejar a los niños sin padre o sin madre, o sin ambos, y en el abandono social, por circunstancias de muerte natural de los progenitores, o en el desamparo generado por la violencia familiar, que no acaba, sino se incrementa con enorme crueldad día a día.
Reinaldo Chávez apunta a la creación de conciencia sobre los derechos de las personas en situación vulnerable a recibir protección social y del Estado, buscando con su peculiar estilo semi figurativo tendiente a la abstracción que el espectador identifique los elementos significativos de los sujetos representados en sus emplazamientos, formas y color, sea de imágenes funerarias o de la familia abatida ante la ausencia de los seres queridos.
La exposición cierra la sección Mujeres de cristal y en silencio con obras de Sigrid Álvarez señalando creencias que siguen apuntalando ideales conservadores capaces de atar a miles de mujeres y mantenerlas en silencio y frágiles como un cristal en peligro de romperse, en una sociedad tradicional donde imperan la voluntad y el poder masculinos. Esa vulnerabilidad, creada igualmente en familia, es alimentada por las redes y comunicación cibernética global, empujando a niñas y jóvenes, a la muerte violenta y temprana.
Considerar a la mujer como un objeto vulnerable es materia de controversia, dada la condición natural de tomar conciencia del mundo circundante para liberarse de la sumisión y la esclavitud social, pues esta circunstancia conlleva a la certeza de que ella se convertirá en una mujer preparada fuerte, independiente y empoderada. Este nuevo ideal choca con los de la libertad de creencia religiosa. Así, los irreconciliables puntos de vista sobre la mujer y su destino, siguen enrareciendo el ambiente global.
Sucre, Bolivia, 25 de Agosto del 2023
Historiadora del Arte
UAM Azcapotzalco, Ciudad de México